“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño. Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.” (Salmos 32:1-5)

La importancia del perdón de Dios es una de la cosas que el Salmo 32 nos enseña, somos dichosos y liberados por Dios a través de su perdón, hay algo profundo en el perdón de Dios y el salmista David nos enseña eso. Es muy importante sentir y estar seguros que Dios nos ha perdonado.

“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.” (Salmos 51:1)

Es difícil perdonar a otros si no hemos sido perdonados, una de las cosas que el cristiano debe practicar es la misericordia; es por ella que todos estamos delante de la presencia de Dios, esa misericordia de Dios nos ha alcanzado no porque seamos fuertes sino porque Dios nos ha personado, nos podemos refugiar en Él con toda confianza.

El Salmo 32 nos enseña 4 cosas:

1-Transgresiones perdonadas (v.1)
2-Cubiertos o enterrado nuestros pecados ya no existen más (v.1)
3-Jehová no lo culpa de iniquidad (v.2)
4-En su Espíritu no hay engaño (v.2)

Cuando no sentimos perdón o no perdonamos a otros, nos sentimos cargados, hay que soltar eso y buscar el perdón completo de Dios, no podemos dejar residuos en nuestra vida, tenemos que venir a Dios y sacar de raíz toda esa amargura y aflicción, no puede haber una pared cuando nos acercamos a Dios, debe haber una relación profunda porque Dios todo lo sabe.

El problema es cuando guardamos rencor, cuando no nos confesamos con honestidad a Dios, no podemos ser reservados con Dios. Debemos venir con sinceridad y honestidad ante él. Debemos cuidarnos de no cauterizar nuestra consciencia ya que esta es el timbre del alma.

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9)

“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.” (Isaías 55:6)

El hombre impío e inicuo es aquella persona que vive pensado cosas desagradables. El pecado involuntario es aquel que no planificamos, pero el inicuo tiene tiempo para pensar y planificar, peca con plena consciencia.

Cuando el Espíritu de Dios está en el hombre este puede negarse a pecar porque hay una fuerza sobre natural que le ayuda a negarse al pecado, la gente que se ha convertido ama a Dios, no se entrega al pecado. Lucha por no ofender a Dios anda en integridad sus pensamientos no son inicuos sus pensamientos andan en la ley de Jehová su corazón y mente están en Dios.

“Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.” (Salmos 1:2)

La lucha del hombre no es contra carne ni sangre.

Somos tentados por lo que nos gusta, lo que nos agrada, y cuando accedemos entonces pecamos y ofendemos a Dios.

En el proceso del perdón hay 4 cosas:

1- Empieza con un reconocimiento claro y sincero del pecado que se ha hecho (Salmo 32:2) El Hombre reconoce su pecado, pero aveces no queremos reconocer de donde hemos caído y queremos hacer ver que no es así, nos importa más que dicen los demás que lo que dice Dios.

Interesa más una vida que todos piensen que somos santos, que crean que no hacemos nada indebido, queremos agradar mas al hombre que a Dios. Vivimos de apariencia y luchamos con ellos porque queremos enseñarle a todos que no fallamos, que somos perfectos.

David no podía esconderse delante de Dios, el pecado lo estaba consumiendo, por eso declara en el Salmo: “mientras callé se envejecieron mis huesos”

La palabra envejecieron da la idea de la debilidad total, una de las cosas que da el pecado es debilitar, quitar las fuerzas. El espíritu de Dios capacita; el pecado detiene, es por eso que debemos confesarlo y buscar el perdón de Dios.

Dios escudriña y examina todo; David sintió amargura, sequedad y soledad, aún siendo rey; cuando era pastor de ovejas sentía la gloria y los ríos de Dios, se sentía lleno, con fuerzas porque Dios era su refugio su fuerza. (Salmo 51)

2-Se siente dichoso:
La lluvia viene de Dios, cuando una tierra está seca y árida es porque no le ha caído agua, así es una vida sin Dios seca y árida necesita la lluvia que viene de él.

“Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano.” (Salmos 32:4)

“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” (Santiago 1:17)

3- Tener confesión a Jehová de todo.
David decía: Escudríñame Dios aún de aquellos pecados que no me acuerdo, porque él sabía que eso le detenía la lluvia, el gozar de la presencia de Dios.

4- Aceptar con plena confianza el perdón otorgado por Dios:
El perdón es un regalo que le da Dios a la gente arrepentida de sus pecados. Antes se buscaba un sacerdote una vez por año y tenía que llevar una ofrenda, pero ahora con el sacrificio de Jesús podemos pedir perdón en cualquier momento y cualquier lugar, ya que Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres ya no necesitamos de hombre alguno.

Dios tiene un plan divino para tu vida, David pecó y eso detuvo en gran manera el plan de Dios y tuvo consecuencias antes de cumplirse el plan de Dios. El pecado de Salomón dividió a Israel, debemos entender el poder que tiene el pecado en la vida del hombre.

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9)

El pecado divide y hace contienda, cuando el corazón está divido es porque hay pecado, recuerda que la prosperidad y gracia de Dios es la única que abre todas puertas del cielo. Antes de un juicio Dios llama al arrepentimiento:

“Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.” (2 Corintios 6:2)

Pastor Silvio Tellez
Ministerio Internacional Jesús Es Luz